viernes, 18 de junio de 2010

SE LOS LLEVARON SIN TENER TIEMPO DE DECIR ADIÓS

No tuvieron tiempo de decir adiós.
Se los llevaron para no sé dónde
como tampoco los pude ver al alba,
porque ahora viven entre crepúsculos
bajo cielos cargados de nubes de tormentas
y el sol es un espejismo en la espesura de la selva.
Ya no sufren, no lloran ni cantan
y la única ilusión que tienen,
es la desgracia del regreso,
porque los que sobrevivieron, ya no viven,
murieron esperándolos.
Pasaron tantos años
como pasaban los bosques
por los árboles a que estaban amarrados.
No regresaron porque ya nadie los esperaba
y los únicos sobrevivientes de la masacre, los olvidaron
porque también extraviaron la memoria.
Los pájaros que vuelan por la selva, no pertenecen a este poema.
¿Qué posada es esa en donde de noche llegan esos viajeros?