miércoles, 23 de abril de 2014

EL SEPULCRO DEL AYER

En el sepulcro del ayer
que yo mismo he construido
con las piedras del olvido,
he sepultado mis antiguos dolores
esos terribles sinsabores,
secuelas del ayer.
También hice el ataúd
en el que inhumé el cadáver  
 de mis amores marchitos
que dejaron en mí las espinas
de la más bella rosa roja de primavera
en la que aprendí que la tristeza
se vuelve soledad
cuando se riega con las lágrimas del recuerdo.
Las heridas que me hicieron las espinas
de esa bella rosa roja de primavera
hoy yacen en el sepulcro del ayer.


martes, 22 de abril de 2014

IN MEMORIAM



IN MEMORIAM

La memoria del corazón elimina los malos recuerdos
y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio,
logramos sobrellevar el pasado.
Gabriel García Márquez

Ese jueves ahora dos veces santo, primero por la muerte del hijo de Dios, y segundo, por la muerte de Gabo Magno.
Yo estaba distraído viendo una película bíblica con ocasión de la Semana Santa, cuando subió a la alcoba, Luchy, mi compañera de vida, me dijo, “acaba de morir Gabo. Le dije, “¿te acuerdas que te había anunciado esa muerte?”, me dijo “Sí”. Y no es que yo sea profeta ni clarividente, sino que ya él, como cualquier mortal, vivía sus días finales, para montarse en el pódium de la inmortalidad.
Luchy me lo dijo con voz trémula, casi llorando, porque ella también es de Aracataca. Me dijo que la víspera de la muerte de García Márquez, vio el fantasma de su sombra que pasó como una estrella fugaz recogiendo sus pasos por las calles polvorientas de Macondo.   
No sólo me consternó la infausta noticia de su muerte como una mala hora, sino que me quedé cavilando con la intensión de escribir algo para él, y recordarlo así hasta donde me alcance la vida.
Sentí esa necesidad como poeta que soy, y que gran parte de mi verso y mi prosa, se la debo a él. Por eso, me desperté el Viernes Santo muy temprano a fin de rendirle un humilde y sentido homenaje post mortem, escribiéndole el poema, A LA MEMORIA DE UN MAGO.

viernes, 18 de abril de 2014

A LA MEMORIA DE UN MAGO

Hizo de la realidad la más extraordinaria magia.
Como mago y prestidigitador de palabras
tuvo la visón anticipada que una aldea remota,
o la ciudad de los espejismos,
extraviada de la mano de sus dioses
en los suburbios del universo
sería desterrada de la memoria de los hombres
y arrasada por la hojarasca de la desgracia y el olvido
cuando el último de la estirpe, Aureliano Buendía,
descifrara la mágica realidad de su destino.
La cándida Eréndira y hasta su abuela desalmada
lloran a Gabo, El Mago.  
El general se quedó solo y triste en su laberinto,
el coronel jamás recibió cartas,
el patriarca siguió con su despotismo
gobernando de facto en el continente,
Florentino Ariza y Fermina Daza, aun vive su amor
Y la ciudad de los espejismos, Macondo,
sigue alucinando y sumida
en su siglo de soledad.

 

TIEMPO POSTERIOR A LA MEDIA NOCHE

Ella no tornará…Bajo el alero,
sobre el escueto barandal me inclino,
como si fuera a verla en el camino
venir a mi dolor, como un lucero.
Manuel López  Cargo


En un tiempo posterior a la media noche,
anterior al amanecer,
la vi venir pero ya sabía que no retornaría.
La busqué en la penumbra,
en el sigilo de la noche,
en el secreto de la oscuridad.
Mi corazón parcia un gitano, un peregrino
extraviado en el abismo de la tiniebla.
Ella venía a mi dolor
cual estrella titilante
esa madrugada radiante.
Bajo el alero de la luna plena
me incliné ante el barandal de mi delirio
para decirle que si retornaba
era porque me aun me amaba.