Debe ser un
infortunio,
una derrota o algo
similar,
desviar la mirada
del sendero de la más
absoluta belleza
sin advertir
ligeramente
que el éxtasis
es tan difícil de
alcanzar
como la formación de
una estalactita.
Emily Dickinson
Qué vorágine te arrastró al infortunio
qué delirio te llevó por ese hórrido sendero
en el que sólo viviste la ilusión de un efugio,
esa terrible evasión tardía
como un rayo después de la tormenta,
igual que un estertor post mortis.
Eso fuiste tú poeta
un iluso
un náufrago al garete
flotando en el mar de la realidad
sin albedrío cual alfil dormido en la caja
del ajedrez.