sábado, 30 de abril de 2016

LO QUE HE ACEPTADO

“Hay ciertas realidades que todos deberíamos aceptar si queremos ser felices y llevar una vida tranquila. No es fácil, lo sabemos, pero así nos gusten o no, muchas de las cosas que nos suceden son inevitables”.
He aceptado “abandonar con donaire las cosas de la juventud para cultivar la firmeza de mi espíritu”.
He aceptado que Dios es un misterio para mí, “y que no comprendo la eternidad…”.
He aceptado que envejeceré y mis días terminarán, porque estoy hecho de recuerdos y olvidos.
He aceptado “que todo ello es pasajero y transitorio”.
He aceptado que “mis padres no durarían para siempre, y que mis hijos poco a poco escogerían sus caminos y proseguirían ese camino sin mí”.
“Tuve que aceptar que mi apego a las cosas, sólo apresuraría aún más mi despedida y mi partida”.
He aceptado que soy frágil, que tengo límites, que soy mortal, que soy un pasajero más del tren de la vida, y que en este viaje efímero me bajaré en la próxima estación que se llama cemenrerio.
     

martes, 26 de abril de 2016

TAL VEZ NO LO RECUERDES

Cuando el recuerdo se va sin decir adiós
sólo queda melancolía en la memoria.

Carlos Segundo Quiroz Quintero


Tal vez ahora no recuerdes
la última primavera
que juntos pasamos,
cerca del mar.
Te fuiste sin decir adiós,
en mi memoria se posó
la mariposa de la melancolía.
Recuerdo ese mar azul
como tus ojos de cielo,
nocturno,
cuyas luciérnagas titilantes
iluminaban el sendero
que me llevó a ti.
Recuerdo el tapiz de pétalos de rosas
sobre el que te di el último amor furtivo,
silente
lúbrico,
eterno cual la noche de tu partida
que ahora no recuerdas.

jueves, 21 de abril de 2016

CANCIÓN PARA MINA

Cuando se desea amar
el amor suele estar esperando.

Oscar Wilde

Era una niña que en su primavera
buscaba el amor como quimera.
Lo encontró en un cálido verano
mas el amor se enfrió
igual que un gélido invierno
y escapó de él porque quería
amor sincero.
Salió por bosques de arco iris
para hallarlo nuevamente,
lo encontró, pero era un amor falaz,
huyó de él con tristeza en sus lágrima.
Un día de otoño ella pasó por un jardín
de flores marchitas cuyo pétalos
también heridos por un infame amor,
le dijeron, ─ Mina, no sufras por amor,
que en tus ojos no se note la melancolía,
porque, “cuando se desea amar
el amor suele estar esperando.”