ELEGÍA PARA OPHELIA
Me voy lejos, para
nunca tornar
la mirada al pasado
perdido.
Gabriel Augusto
Bolaño Peláez
Ophelia, Te fuiste lejos,
muy lejos.
Se rompió la rama del Sauce en el que te
subiste,
y caíste al río.
Te ahogaste, flotabas como una gran flor de
lis,
los Nenúfares reverentes se inclinaban ante
ti.
En noches
consteladas tu fantasma
va a recoger las flores que cortaste en tu
jardín.
¡Oh Ophelia! Pálida y bella
qué extraño arcano,
qué nefasto sortilegio marcó tu destino
de niña noble, humana y sencilla.
¿Fue que Hamlet, príncipe loco
rompió tu dulce corazón?
¿Estabas loca de amor por él?
En la lejanía se oye un lamento melancólico,
metálico de trompeta, en el funeral de la
blanca Ophelia,
y cuenta la leyenda que hay noches en Noruega,
que en el río
un fantasma ven flotar,
es Ophelia que se fue muy lejos
para la mirada al pasado perdido nunca
tornar.