martes, 4 de mayo de 2010

POBREZA

La pobreza no es culpa de Dios ni de los ricos,
es una actitud de conformismo, es como el pordiosero
que puede morir con muchas riquezas
pero siempre vivió de manera miserable.
Salvador Cervantes


Entonces dijeron, “bienaventurados los pobres
porque de ellos será el reino de los cielos…”
y no sólo no han podido entrar a los cielos,
sino que deambulan como sonámbulos
por el infierno de la miseria, y agonizan en el reino de la soledad.
¡Que terrible desgracia!, porque la pobreza, es peor que la muerte,
y ante el altar del olvido, los pobres rezan el evangelio de su dolor,
y como “la más terrible pobreza es la soledad y el sentimiento de no ser amado”,
nadie los ama, pero los quieren, si, los quieren ver muertos de hambre
con el salario de miseria que les pagan los que todo lo pueden, los que todo lo tienen.
Los pobres, que viven con la ilusión del reino de los cielos,
que sueñan con paraísos más allá de las fronteras de lo verosímil, creen en Dios,
pero Dios ni cree ni sabe que ellos existen,
porque Dios es un diabólico invento de los ricos.

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