jueves, 29 de noviembre de 2012

TU ROSTRO FLOTANDO EN LA BRUMA

Era la trémula hora del crepúsculo
tu rostro primoroso flotaba en la bruma
del horizonte marino
en medio de un derroche de luz,
una sinfonía de colores como una acuarela
pintada en el pentagrama del cielo,
incendio de arreboles,
danzando al ritmo de las olas
que traían hasta la arena tu fotografía,
imagen vívida que evocaba
los días de arco iris de los ensueños
de nuestra primera primavera
cuando todo era nuestro,
el mar
el tálamo de nuestros amores furtivos
el paisaje de los gobelinos
y hasta el tiempo perdido
que juntos rescatábamos
sin la premura de lo urgente
porque todo era nuestro.
Pero un día
todo lo que era nuestro,
al morir el crepúsculo,
se lo llevó la noche.

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