martes, 2 de febrero de 2016

EL POEMA QUE NUNCA TE EMVIARÉ




Se impecable con tus palabras: Se íntegro al
hablar. Di sólo lo que piensas.
Dr. Miguel Ruíz

Al decirte estas palabras
seré impecable e íntegro,
te diré lo que pienso.
Hace ya más de un amanecer
cuando despuntaba la aurora
de tu incipiente juventud,
ya caía sobre mí,
el crepúsculo de mi otoño.
Te envié un poema que fue el poema
de la discordia,
de la ignominia, porque así
lo tomaste tú.
Con esa actitud proclive
le diste toda la fuerza de la ofensa,
por supuesto, te sentiste  vulnerado
injuriado por tu propio padre.
No fue esa mi intención,
sólo quise mostrarte el sendero
por el que debías conducir tu aurora.
Hoy para ti soy el villano de tu vida,
no tu padre.
Con tu menosprecio hacia mí
has cortado con la espada de Damocles
el hilo de seda que sostenía
el afecto que nos unía.
Y cuando ese hilo se rompe por soberbia,
sólo queda la ruina de la miseria humana,
porque eso somos,
miseria humana
en medio de un campo santo
viviendo la vanidad del espectáculo,
cementerio de la vida,
al que todos iremos
con todas nuestras guerras,
con todos nuestros odios,
con todos nuestros problemas,
con toda nuestra grandeza y toda nuestra miseria.
Jamás he esperado nada de nadie,
y mucho menos de un hijo
que las vicisitudes del destino
desde niño nos separó,
levantando muros,
cerrando afectos,
abriendo distancias,
trazando fronteras que hoy nos desunen.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario