El río anuda al mar
su lamento obstinado.
Pablo Neruda
Atado al río de tu olvido
fui mar abierto
como caracol herido
abismo de besos
escombro de tu perfidia
sentina de recuerdos náufragos.
Fuiste el río que amarraste mi destino,
la noche cayó al silencio
como brizna ebria.
Mi labios lascivos
bebieron el efluvio
de tu pubis abierto
como orquídea hirsuta
plena de placer,
ávida de amor urgente.
Anudaste el recuerdo
lo dejaste anclado
cual lamento obstinado,
abandonado en la playa
de ese mar que fui.
No hay comentarios:
Publicar un comentario