martes, 20 de julio de 2010

LAS BRUMAS DEL BICENTENARIO

Simón Macabeo de América,
libertador de sus pueblos,
tu pensamiento emerge del cráter de los siglos
como fuego volcánico.
Fuiste, eres y serás por siempre
el macabeo de América,
el Libertador.
Luchaste hasta dar tu vida por una pírrica “independencia”,
porque fuiste proscrito, detestado y traicionado por aquellos que recibieron tus favores.
Hoy, las brumas sombría de la traición,
las oscuras brumas de la violencia que trajo España,
las nefastas brumas de la conspiración del proclive Santander,
cubren este bicentenario, para plagar de miseria a la América Latina
como tú mismo lo presagias cuando dices, “parece que la Divina Providencia
ilumina a los Estado Unidos de América, para plagar de miseria a América Latina.”
Tu delirio sobre El Chimborazo no fue en vano
ni tu juramento sobre el monte Sacro fue falso,
pues juraste: “¡…y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo,
ni reposo a mi alma,
hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!”
Implantaste la libertad donde antes reinaba la tiranía.
Abandonaste tu fortuna y aún tu tranquilidad
por la causa bolivariana.
Ni fuiste majadero ni araste en el mar,
porque tu pensamiento vive en nosotros
como tu presencia,
que igualmente vive entre nosotros,
por el inalienable y sagrado principio de pertenencia.
Simón Macabeo de América,
eres el padre de nuestra patria que estás
en esta tierra
en este cielo
en este mar
en los pueblos bolivarianos,
y hoy vives para siempre en el corazón
y en el pensamiento de sus líderes.

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