jueves, 1 de septiembre de 2011

EVOCANDO A EMILY DICKINSON

¿Quién mora en estas obscuridades?
Emily Dickinson

De los profundo abisales del silencio y la oscuridad
como un naufragio en el mar de las tinieblas
emerge tu voz
tu canto
tu abscóndita poesía
cual arcano de eternidad
donde hoy
sobre el tranquilo piélago de las palabras
duermen estos, tus versos:
“¿Qué posada es esta
a donde de noche llegan
extraños viajeros?
¿Quién es el propietario?
¿Dónde están las criadas?
¡Mirad qué habitaciones tan raras!
Ninguna lumbre flamea en este mundo,
ningún vaso rebosante de licor os espera.
¡Posadero nigromante!
¿Quién mora en estas obscuridades?”

“─ Por este maravilloso mar
en el que silenciosamente navegamos,
¡Eh, barquero! ¿Conoces aquella playa
donde las inmensas olas ya no rugen
y toda tormenta ha cesado ya?

─ Si; es el poniente pacífico
donde muchos veleros descansan
ya sus anclas echadas.
Hacia allá te llevo.

─ ¡Tierra a la vista, Eternidad!
¡Por fin en casa!”
“La demasiada locura
es el más divino de los sentidos
para alguien sensible;
el demasiado juicio es la locura más absoluta.
Y como siempre, la mayoría se impone.
Asiente, y tendrás buen juicio;
Objete, e irremediablemente serás considerado
tan peligroso, que te encadenarán.”
Emily, el poeta ahora te dice, que más allá del silencio y la oscuridad,
como un romero, camina evocando tu nombre en la eternidad.


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