viernes, 19 de agosto de 2011

MENDIGO DE AMOR

Por la premura de sentirme amado
me volví limosnero de amor
desconociendo que para mi ser
era primordial y prioritario
valorarme.
Y así,
como pordiosero de ternura,
recogiendo migajas
de falso afecto
de falacias de fantasías,
transité del amor al olvido
y caí en el oscuro abismo
del odio.
El agitado reloj de arena
que contaba grano a grano
los instantes de mi angustia
en los cuales anhelaba el sosiego
de ese sentimiento negado
{ese pérfido amor rogado}
me recordaba en el silencio del dolor
esa realidad fallida,
ese temblor de infierno
esa hiel en la garganta
que me envenenaba la sangre
y perturbaba mi conciencia.
Los días eran como olas de un mar
de desesperanzas
en los cuales los granos de arena
marcaban igual que un péndulo
el destino del loco que habitaba en mi,
del orate soñador
preso de dolor
por mendigar amor.
Mas, cuando cayó en el fondo del reloj
el último grano de arena
para marcar otra hora de esa angustia puntillosa
cual brújula de averno
la burbuja de cristal del reloj
se quebró.








No hay comentarios:

Publicar un comentario