Si Dios existiese y fuese un ente antropomorfo
le hubiese dicho al hombre lo siguiente:
─ Yo no te he creado a mi imagen y semejanza
porque yo soy sólo amor, y tú te has convertido
en un ser abominable que estás acabando contigo
con tus inventos de horror
con tus nefastas armas de pánico
con tus invasiones a otros países
que luchan por su libertad y soberanía.
─ Tú enarbolas la pisoteada bandera de los “DERECHOS HUMANOS”
para hipócritamente vulnerar y destruir a tu prójimo.
─ Tú me invocas y rezas cuando te embarcas en tus aviones de combate
para matar, porque se te olvidó ese mi mandamiento, “no matarás”
─ A ti igualmente, se te olvidó mi más humano y sublime mandamiento,
“ama a tu prójimo como a ti mismo”
─ Tú no amas a nadie, ni siquiera a ti
porque estás contaminado can la bacteria del odio hacia tu semejante.
─ Ahora estoy arrepentido de haberte hecho del barro de la misma tierra
que tú mismo has contaminado.
─ Ya no hay nada que hacer, porque volviste el paraíso en el cual te dejé,
tu infierno, y estás condenado, no por mí, porque yo no condeno a nadie,
tú mismo te condenaste. ¡Que te salve el diablo!
sábado, 31 de marzo de 2012
miércoles, 28 de marzo de 2012
¿CUÁL POETA ESCRIBIRÁ EL ÚLTIMO POEMA?
¿Cuál será el poeta que escribirá el último poema?
¿Quién será esa mujer sensible
o ese hombre sentimental
que deje plasmado en un papel
todo el dolor y el sufrimiento
que ha padecido la especie humana
a causa de tantas guerras?
¿Pero quién lo leerá si la única especie que piensa
está en peligro de extinción?
¿Cuál será esa persona demasiado humana
que en el momento del último espanto
también se queme con el ardiente tsunami
del hongo lumínico de la magna desgracia?
La inspiración habrá terminado
con la última explosión,
pero la clarividencia de la poesía
lanzará a los abismos del universo
en una botella de náufrago
los versos de ese poeta
para que otra especie pensante
lea más allá de las fronteras siderales de la Tierra
el testimonio de la existencia de un planeta
cuyo seno creó y albergó una especie
que siendo pensante
no pensó jamás
preservarse a sí misma
ni preservar su planeta
como única nave espacial en la cual
ella era tripulante.
¡Qué ironía!
Qué horror,
absurda
estúpida
triste e infame tragedia
entrañan estos versos de desgracia
inspirados en una realidad ineludible.
En la célebre realidad de una especie pensante
condenada a desaparecer per se,
por un invento que fue su guillotina.
Un invento proclive con un poder tal de destrucción
capaz de atomizar los continentes.
Entonces, desde el invento de la flecha y la cerbatana
hasta la letal bomba nuclear
la célebre y pensante especie humana
jamás ha conocido la inteligencia
sólo la estupidez.
¿Quién será esa mujer sensible
o ese hombre sentimental
que deje plasmado en un papel
todo el dolor y el sufrimiento
que ha padecido la especie humana
a causa de tantas guerras?
¿Pero quién lo leerá si la única especie que piensa
está en peligro de extinción?
¿Cuál será esa persona demasiado humana
que en el momento del último espanto
también se queme con el ardiente tsunami
del hongo lumínico de la magna desgracia?
La inspiración habrá terminado
con la última explosión,
pero la clarividencia de la poesía
lanzará a los abismos del universo
en una botella de náufrago
los versos de ese poeta
para que otra especie pensante
lea más allá de las fronteras siderales de la Tierra
el testimonio de la existencia de un planeta
cuyo seno creó y albergó una especie
que siendo pensante
no pensó jamás
preservarse a sí misma
ni preservar su planeta
como única nave espacial en la cual
ella era tripulante.
¡Qué ironía!
Qué horror,
absurda
estúpida
triste e infame tragedia
entrañan estos versos de desgracia
inspirados en una realidad ineludible.
En la célebre realidad de una especie pensante
condenada a desaparecer per se,
por un invento que fue su guillotina.
Un invento proclive con un poder tal de destrucción
capaz de atomizar los continentes.
Entonces, desde el invento de la flecha y la cerbatana
hasta la letal bomba nuclear
la célebre y pensante especie humana
jamás ha conocido la inteligencia
sólo la estupidez.
martes, 27 de marzo de 2012
ENTRE TÚ Y YO
A
Luisa Fernanda Hurtado
─ En un matrimonio
hay tres personas: el
hombre, la mujer y la
tercera persona
formada por los dos.
José Saramago
Entre tú y yo
y la otra persona que somos los dos
(nosotros)
no hay diferencia si el vínculo del amor nos une.
Mas si no hay afecto
la diferencia es un abismo
un vacío en el espacio sin tiempo
que el olvido va llenando
con hojas marchitas de desdén
de gélido invierno en la memoria
ya ausente de pensamiento.
Nuestro “matrimonio”
es una unión sin formalismos
ni ritos sacramentales
ni contratos legales,
simplemente es afecto mutuo
que no precisa de testigos
como Dios por juez
ni juez civil
ni notario
ni nada que la sociedad constriña,
porque ese acto sublime nació de nuestra voluntad.
Nació del inalienable cariño que un día sin promesas
germinó como mies
como maná que germina
en el oasis de un desierto sin frontera.
Ni tú ni yo
hicimos promesas
porque las promesas son falacias
engaños recíprocos
que matan el amor
y ante un amor muerto
no hay promesa alguna que valga
ni que devuelva la paz al espíritu vulnerado.
Entre tú y yo
hay una tercera persona que nos une: nosotros.
Luisa Fernanda Hurtado
─ En un matrimonio
hay tres personas: el
hombre, la mujer y la
tercera persona
formada por los dos.
José Saramago
Entre tú y yo
y la otra persona que somos los dos
(nosotros)
no hay diferencia si el vínculo del amor nos une.
Mas si no hay afecto
la diferencia es un abismo
un vacío en el espacio sin tiempo
que el olvido va llenando
con hojas marchitas de desdén
de gélido invierno en la memoria
ya ausente de pensamiento.
Nuestro “matrimonio”
es una unión sin formalismos
ni ritos sacramentales
ni contratos legales,
simplemente es afecto mutuo
que no precisa de testigos
como Dios por juez
ni juez civil
ni notario
ni nada que la sociedad constriña,
porque ese acto sublime nació de nuestra voluntad.
Nació del inalienable cariño que un día sin promesas
germinó como mies
como maná que germina
en el oasis de un desierto sin frontera.
Ni tú ni yo
hicimos promesas
porque las promesas son falacias
engaños recíprocos
que matan el amor
y ante un amor muerto
no hay promesa alguna que valga
ni que devuelva la paz al espíritu vulnerado.
Entre tú y yo
hay una tercera persona que nos une: nosotros.
jueves, 15 de marzo de 2012
CANCIÓN PARA DEJARTE IR
Te solté de mi mente
tuve que dejarte ir.
Ahora, en mi memoria
no estás presente,
porque no eras para mí.
Y…
si te dije, que “no eras para mí”
no lo fue en sentido de posesión
aunque siempre fuiste mi pasión.
Fuiste una fallida ilusión
como todo sueño de bohemio
que meditando en solitario
frente a un botella de licor
hace del amor un relicario.
Si, fuiste mi relicario
porque fuiste otro amor
amor divino que moría
(larga melancolía)
amor divinizado que murió,
dulce muerte más allá del dolor.
Nunca me miré en tus pupilas
sólo me miraba en tu recuerdo
como el relicario que fuiste
igual que un espejismo
que desaparece asimismo.
tuve que dejarte ir.
Ahora, en mi memoria
no estás presente,
porque no eras para mí.
Y…
si te dije, que “no eras para mí”
no lo fue en sentido de posesión
aunque siempre fuiste mi pasión.
Fuiste una fallida ilusión
como todo sueño de bohemio
que meditando en solitario
frente a un botella de licor
hace del amor un relicario.
Si, fuiste mi relicario
porque fuiste otro amor
amor divino que moría
(larga melancolía)
amor divinizado que murió,
dulce muerte más allá del dolor.
Nunca me miré en tus pupilas
sólo me miraba en tu recuerdo
como el relicario que fuiste
igual que un espejismo
que desaparece asimismo.
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