Te solté de mi mente
tuve que dejarte ir.
Ahora, en mi memoria
no estás presente,
porque no eras para mí.
Y…
si te dije, que “no eras para mí”
no lo fue en sentido de posesión
aunque siempre fuiste mi pasión.
Fuiste una fallida ilusión
como todo sueño de bohemio
que meditando en solitario
frente a un botella de licor
hace del amor un relicario.
Si, fuiste mi relicario
porque fuiste otro amor
amor divino que moría
(larga melancolía)
amor divinizado que murió,
dulce muerte más allá del dolor.
Nunca me miré en tus pupilas
sólo me miraba en tu recuerdo
como el relicario que fuiste
igual que un espejismo
que desaparece asimismo.
Hola Carlos:
ResponderEliminarHacia días que no leía tus versos. Como siempre llenas los corazones de nostalgia y emociones.
Un abrazo,
Raúl
Hola apreciado Raúl, gracias por tu comentario.
EliminarMi cariño te saluda.