lunes, 29 de octubre de 2012

TODAVÍA ME QUEDAN SUEÑOS

Cuando ella partió hacia las lejanías del olvido,
un instante antes de irse esa tarde de estío,
con mucho frío en mi alma
me dijo, "no volveré jamás, nunca más."
Sentí el vértigo del abandono
la nostalgia de la desesperanza
el tedio que produce la angustia
y el dolor que queda grabado en la memoria
como un estigma imborreble
tallado en una roca volcánica.
"Aun me quedan sueños, dije.
Me queda el sueño perenne de escribir poemas
como este que ahora escribo
porque un amor que se da con frenecí
se recuerda y retumba en el pensamiento
igual que el rayo en la tormenta.
He resistido tantas derrotas de amor
que no sé por qué sigo soñando
el sueño de amar.

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