Tu transitar de Sabaneta a
Miraflores
(desde el nacimiento hasta
la muerte)
fue el camino más arduo que
recorriste entrañable comandante.
Fueron tu meta, tu
causa
tus sueños, tus quimeras
y también tu utopía hecha realidad.
Saliste airoso en todas las
batallas
en la tenaz guerra por
derrotar la miseria,
el hambre,
el analfabetismo.
Conseguiste para tu pueblo,
salud y educación como
inalienables derechos humanos.
Sin embargo, a pesar de
todos tus logros, esa rancia burguesía podrida y la canalla mediática nacional
e internacional,
te vilipendió de la manera
más proclive y baja
igual que a Bolívar.
Fue el ataque más infame y
feroz que ser humano soportara
honestamente,
con dignidad,
con la entereza,
con la fuerza de un paladín,
de un gladiador que se
trenza en feroz combate
por la soberanía y la
independencia.
“Ya no volverán”, grita a
coro tu pueblo,
ese digno pueblo que te
lloró,
que te amó y te amará por
siempre.
El Imperio tampoco volverá,
jamás volverá.
Si la Divina Providencia te
hubiese concedido
tan sólo otro instante más
de vida,
“tú hubieses pintado con un
sueño de Van Gogh
sobre las estrellas un poema
de Benedetti,
y una canción de Serrat
sería la serenata que le
ofrecerías a la luna.”
¡Hasta la victoria siempre
Comandante!
Carlos Segundo Quiroz
Quintero
Santa Marta 10, 03, 2013.
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