Hay
un camino entre el sol y el mar,
con
el brillo de los astros al amanecer.
El
último río feneció al interminable verano
que
arrastró las hierbas que reinaron hasta el final.
Richard
García
Ahora que los tiempos
bíblicos
como signos apocalípticos
señalan con el inquisidor
péndulo
del inexorable destino, la
fatal hora de la sed,
me pregunto, cuándo volverá
a llover?
No hallo respuesta alguna
en medio de esta landa ya
estéril
donde el “camino entre el
sol y el mar”,
parece un largo hilo
que se interna en las fauces
del infierno
como un río que fenece
al interminable verano
que arrasa cual tsunami de
candela,
la sagrada y majestuosa
Sierra Nevada.
Cuándo volverá a llover?
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