EL SUEÑO DE LA
POETADUMBRE
Que el mundo gire sin
que note
que soñamos
despiertos.
Tómas Dagna
Hoy convoco a la poetadumbre
para que juntos soñemos
el sacro sueño de los no creyentes,
los ateos y toda la horda de poetas malditos.
Que se sienten en el atrio del templo de
Palas Atenea,
en las escalinatas, para ver crecer la
audiencia.
Convoco a Rimbaud para pase otra temporada en
el infierno,
siente a la belleza en sus rodillas y la
sienta amarga,
convoco a Porfirio para que vuelva a cantar
su canción
y viva sus días
sórdidos, lúbricos, lúgubres, móviles,
fértiles y plácidos
con el placer morboso del ególatra.
Convoco a la salmantina de rubio cabello
para que mire los ojos negros
del seminarista muerto.
Convoco a Artaud para que le repita a los
dictadores
de la escuela farmacéutica de Francia, lo
siguiente:
“sois unos pedantes roñosos; hay una cosa que
deberían
medir mejor: que el opio es esa
imprescindible e imperiosa sustancia
que devuelve a la vida de su alma
a quienes tuvieron la desgracias de perderla”.
Convoco a Gabriel Escorcia Gravini para que
recite
frente a la poetadumbre de pié en las
escalinatas,
los versos de LAURINA PALMA
O LA GRA MUSERIA HUMANA.
Convoco a Raúl Gómez Jattin para que exprese
su dolor,
su olvido, y diga:
“Antes de devorarle su entraña
pensativa
Antes de ofenderlo de gesto y palabra
Antes de derribarlo
Valorad al loco
Su indiscutible propensión a la poesía
Su árbol que le crece por la boca
con raíces enredadas en el cielo.
Él nos representa ante el mundo
con su sensibilidad dolorosa como un parto.
Antes de ofenderlo de gesto y palabra
Antes de derribarlo
Valorad al loco
Su indiscutible propensión a la poesía
Su árbol que le crece por la boca
con raíces enredadas en el cielo.
Él nos representa ante el mundo
con su sensibilidad dolorosa como un parto.
En la clínica mental vivo
un pedazo de mi vida.
Allí me levanto con el sol
y entre tanto escribo
mi dolor y mi angustia.
Sin angustias ni dolores
ataraxia del espíritu
en que mi corazón
como una mariposa
brilla con la luz
y se opaca como un pájaro
al darse cuenta
de los barrotes que lo encierran”.
un pedazo de mi vida.
Allí me levanto con el sol
y entre tanto escribo
mi dolor y mi angustia.
Sin angustias ni dolores
ataraxia del espíritu
en que mi corazón
como una mariposa
brilla con la luz
y se opaca como un pájaro
al darse cuenta
de los barrotes que lo encierran”.
Y ahora me convoco a mí mismo para
decirle a la poetadumbre, que toda la poesía es una porquería, pero es la más
divina forma de libertad.
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