sábado, 30 de abril de 2016

LO QUE HE ACEPTADO

“Hay ciertas realidades que todos deberíamos aceptar si queremos ser felices y llevar una vida tranquila. No es fácil, lo sabemos, pero así nos gusten o no, muchas de las cosas que nos suceden son inevitables”.
He aceptado “abandonar con donaire las cosas de la juventud para cultivar la firmeza de mi espíritu”.
He aceptado que Dios es un misterio para mí, “y que no comprendo la eternidad…”.
He aceptado que envejeceré y mis días terminarán, porque estoy hecho de recuerdos y olvidos.
He aceptado “que todo ello es pasajero y transitorio”.
He aceptado que “mis padres no durarían para siempre, y que mis hijos poco a poco escogerían sus caminos y proseguirían ese camino sin mí”.
“Tuve que aceptar que mi apego a las cosas, sólo apresuraría aún más mi despedida y mi partida”.
He aceptado que soy frágil, que tengo límites, que soy mortal, que soy un pasajero más del tren de la vida, y que en este viaje efímero me bajaré en la próxima estación que se llama cemenrerio.
     

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