sábado, 6 de febrero de 2010

APAGANDO FLORES

Como una visión seráfica
apareciste en mi memoria
y cual relámpago
rasgaste la noche aciaga de mi delirio
para desaparecer
en el abismo de la oscuridad.

La noche era infinita
sin estrellas
sin luciérnagas
bajo el influjo
de los santos días idos
en el negro celeste de las horas.

Ya no eras mi luz
ni mi luna ni mi sol
eras tempestad
tormenta rasgando las tinieblas
apagando flores del firmamento
extinguiendo incendios de primavera.

Apagaste con tu voz de volcán
el timbre de un lucero
y de tus labios yertos
como rocas de luna
nunca, nunca
oí un te quiero.

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