LUNA DE MENTA

Aquella noche la luna era de menta
el reflejo de su luz glacial
alumbraba un camino de recuerdos
que ahora yacen en el abismo del olvido.
Los pétalos de la rosa náutica
fueron arrastrados por los vientos del ayer
y las hojas del otoño
tapizaron el suelo de la esperanza.
Quise recogerlos entonces
para hacer un altar de caracoles y corales rojos
semejante al rojo intenso de la pasión
del tatuaje de un amor en llamas.
Alucinado por el reflejo de la luz glacial de la luna
me fui en el tiempo a espacios vítreos
igual que las briznas cristalinas de la lujuria
en busca del sutil aroma de tus senos en flor.
Naufragué en esa temeraria aventura
me extravié en el laberinto de tu monte de venus
los efluvios de tu sexo ardiente
embriagaron la mágica nostalgia de amarte.
Y perdido en tu erótica negra selva
como orquídea en tiniebla abierta al placer
viendo esa luna de menta
trémulo esperé el amanecer.