miércoles, 23 de abril de 2014

EL SEPULCRO DEL AYER

En el sepulcro del ayer
que yo mismo he construido
con las piedras del olvido,
he sepultado mis antiguos dolores
esos terribles sinsabores,
secuelas del ayer.
También hice el ataúd
en el que inhumé el cadáver  
 de mis amores marchitos
que dejaron en mí las espinas
de la más bella rosa roja de primavera
en la que aprendí que la tristeza
se vuelve soledad
cuando se riega con las lágrimas del recuerdo.
Las heridas que me hicieron las espinas
de esa bella rosa roja de primavera
hoy yacen en el sepulcro del ayer.


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