viernes, 14 de octubre de 2011

EL FUNERAL DE SANTA MARTA

El sepelio simbólico de Santa Marta se realizó el jueves 20 de enero próximo pasado del 2011 a las 11 a. m, a cuyo funeral asistió una monja en representación del Papa. Las exequias fúnebres se realizaron frente a la Alcaldía de la ciudad. El pueblo samario se hizo presente en el entierro de Santa Marta, que desde hacía ya un siglo venía padeciendo un extraño síndrome que la condujo a la muerte. El único samario que no asistió al funeral, fue el alcalde.
Los médicos forenses que practicaron la necropsia, no pudieron establecer a ciencia cierta las causas del óbito de Santa Marta, porque unos decían que la causa de la inminente muerte, de debió al saqueo del erario, otros más discretos dijeron que se debió a la pandemia del abandono. La monja que asistió al funeral en representación del Papa, dijo en el sepelio, que todos eran responsables de que Santa Marta hubiese muerto de la forma infame como murió.
Pero las causas reales fuera de toda ficción macondiana, que han llevado a Santa Marta a la debacle histórica, son sin duda alguna, el abandono y la desidia de su clase dirigente, porque la élite política que ha gobernado a Santa Marta en los últimos siglos, jamás se ha preocupado por el desarrollo social, económico y turístico de la ciudad. El turismo, que es la única industria sin chimenea que no contamina, también ha caído en desgracia, porque contaminaron a Santa Marta con la exportación del carbón, cuyas regalías sin duda alguna, van a parar a los bolsillos de los políticos que negocian los contratos y hacen las concesiones. Todas las playas están contaminadas con carbón y con heces fecales, porque las aguas servidas van al mar. ¿Entonces? Entonces.
El actual alcalde de Santa Marta, JUAN PABLO DIAZ GRANADOS PINEDO, de lo más granado de la burguesía criolla, soberbio y prepotente como un emperador, poco le ha importado solucionar la crisis en la cual se halla Santa Marta.
En Santa Marta existe desde hace mucho tiempo, una inveterada costumbre que ha adquirido fuerza de ley, porque por ley, el samario del procomún, vende su voto en las elecciones para alcaldía, concejo, asamblea, cámara y senado. Por eso la monja dijo, “todos son responsables.” Porque una vez llegan al poder, no les importa la ciudad ni el departamento, sino lo único que les interesa, es sacar la inversión que hicieron con la compra de votos y, por supuesto, la ganancia, porque los inversionistas preguntan, “cuánto vale este negocio”, y lo compran. Así funciona el capitalismo.
Para nadie es secreto que en Santa Marta, el día de los comicios una mayoría del pueblo sin conciencia política, por un plato de sancocho y una botella de ron, vende su voto que es secreto, pero lo hace público, porque dice, “fulano de tal me dio tanto por el voto.
Tanto el alcalde de Santa Marta como el gobernador del Magdalena, tiene demandas pendientes en la Fiscalía y en la Procuraduría, y se han visto enredados en una urdimbre de escándalos que ya trascendieron los linderos de la ciudad y del departamento.
Ahora bien, en días pasados vino a Santa Marta el Viceministro del Medio Ambiente, CARLOS CASTAÑO URIBE, para saber en el terreno qué pasaba. Fue a ver la cantera Las Delicias, que es un cerro donde extrajeron las piedras con las cuales hicieron la Marina Internacional de Santa Marta. La explotación de dicha cantera, ha alterado el medio ambiente de su alrededor o contorno, y por ende, ha producido un gran desequilibrio ecológico, porque removieron, y no se sabe con permiso de quien, la capa vegetal que absorbía el drenaje de los ojos de agua de la montaña, cuyo torrente sin freno va a la quebrada La Lata, que ha inundado así media ciudad.
El viceministro del medio ambiente recorrió el curso inverso de la quebrada La Lata, en compañía del alcalde, y en liga vituperable y al unísono, dieron a entender en un lenguaje hiperbólico mediante una retórica absurda, que ese desastre ecológico y todo lo que sucedía en Santa marta, eran errores de Dios.
Esto, fue lo que llevó a los samarios a protestar el pasado 20 de enero frente a la alcaldía, pero el 20 de enero, comienzan las carnestolendas, y el pueblo entonces se va de rumba mientras la ciudad se derrumba y se ahoga en un charco de aguas negra y aguas putrefactas que corren por toda la Avenida del Libertador.
Tengo la certidumbre que el pueblo samario no despertará del hechizo secular en el cual se halla, porque camina a su albedrío por el sendero hipnótico del olvido, pues pronto vuelven los carnavales, vuelven las elecciones, y mientras tanto o mientras casi, esta ciudad de Dios y del Diablo, sigue en la agonía de una muerte constante. Muriendo cada noche en esa otra muerte que se llama sueño, soñando que algún día su suerte cambiará.
El alcalde dijo que iba a entablar una demanda penal, porque esa protesta que fue pacífica, ordenada, y previamente programada, cuyo reconocimiento por la no alteración del orden público hizo el comandante de la Policía del Magdalena, era impulsada por una emisora local que acusó de terrorista mediática. En este país donde los pobres estamos jodidos, todo aquel que piense con sensatez en pro del bienestar común, todo aquel que reclama sus derechos, todo aquel que invoca su inalienable derecho a la protesta, es calificado de “terrorista”.
Hay que estar loco, para no entender que los demás están en su sano juicio, porque todo mundo sabe que una de las administraciones distritales de los últimos tiempos, la actual administración de Santa Marta, ha sido la más nefasta, por la ineptitud del burgomaestre que este pueblo eligió, sólo por ser barbilindo.

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