jueves, 17 de noviembre de 2011

NAUFRAGIO EN LA LUNA

(Poema Surrealista 1)

El incendio fue extinguido por chorros vertiginosos de petróleo extraídos de posos de Libia uno y de Irak otro, como lenguas de fuego multiformes que se posaron en las cabezas de los santos apóstoles (dioses de la Santa Inquisición de la ONU).
El color de la sangre era mítico y metálico como el emblema de la paloma de la guerra y el águila del Pentágono, que derrumbaron con explosivos controlados las Torres del Oro.
Entonces, un viento de averno igual a volcán en parto congeló el tiempo y Dios hizo el milagro de la destrucción del hombre por el hombre, y en el desierto, nacieron los cactus del olvido y las rosas de la infamia, que sepultaron al amor ya moribundo.
Entonces, cuando los santos apóstoles fueron en busca del pozo atómico de Irán, el pueblo se lo tragó, y no fue más Troya, sino Babilonia, porque de los jardines colgaban las cabezas de los santos inquisidores.
Entonces, el panorama era obsceno, mórbido como un obeso deformado por la verdad vuelta mentira y viceversa.
Entonces, todos los cráteres de la luna alucinaron y el cielo se volvió de cartón en el cual un nido de pájaro, era un rollo de trinitrotolueno en el que la paloma parió la última guerra.
Entonces, la realidad se contrajo como un universo cóncavo, el tiempo y el espacio, que es la unidad de la materia como una sola cosmogonía, se dilató igual que una galaxia que pare planetas y cometas.
Entonces, el Capitalismo en su fase superior {Imperialismo}, se desplomó como las Torres del Oro.
Entonces, de los abscónditos abismos de las tinieblas de la infamia y el oprobio, nació un nuevo sol que iluminó con su luz de agua de luciérnagas en flor de fosforescencia,
la nueva era.

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