miércoles, 23 de enero de 2013

EL "POR QUÉ" DE LAS COSAS

Desde niño me preguntaba el “por qué” de las cosas. Tal vez me preguntaba por mi ignorancia, desconocimiento,  en el “saber”. Entonces de adulto, comencé a leer libros de filosofía  a fin de descifrar y comprender la Teoría del Conocimiento. La pregunta que siempre me asaltaba era la idea de Dios. Pregunta ésta que se hacen los filósofos.
En filosofía sólo hay dos corrientes fundamentales, la materialista dialéctica y el idealismo formal, aunque existe una corriente intermedia, la ecléctica, es decir, los filósofos que están en la mitad, los “que adoptan una postura intermedia, en vez seguir soluciones extremas o bien definidas.”
Los filósofos materialistas dialecticos, como Marx, Engels, Mao Tse Tung, (ver CINCO TESIS FILOSÓFICAS), Lenin y otros, para abordar la Teoría del Conocimiento, parten de la siguiente premisa: “primero está la cosa y después la idea”. Es decir, primero se entra en contacto con el objeto y después se tiene la idea del mismo. Ejemplo: primero conozco la manzana y después tengo la idea de lo que es una manzana.
El idealismo formal parte de la premisa al revés, dice: primero está la idea y después la cosa. Ejemplo: “pienso luego existo”, Renato Descartes. Platón igualmente es idealista, (ver EL MITO DE LA CAVERNA).
Heráclito afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante: “nadie se baña en el mismo río”, mientras que Parménides plantea lo contrario, lo inmóvil, es fundador de la metafísica, rama de la filosofía idealista.
Como digo arriba, “la pregunta que siempre me asaltaba era la idea de Dios”, y digo “idea de Dios”, porque Dios es un ente metafísico, etéreo. Creado en la imaginación del hombre desde los tiempos del oscurantismo y más atrás, cuando el ser humano ya pensante, “homo sapiens”, se preguntaba el “por qué” de las cosa. Desde entonces los pensadores y filósofos se han ocupado del tema en cuestión. Y es que a partir de la idea de Dios como creador de todo lo que existe, se ha desarrollado el conocimiento metafísico (idealista) y el científico (materialista). Es decir, el materialismo dialectico y el idealismo formal. Desde esta óptica, el ser humano ha planteado la historia, la ciencia, la sociedad y todo lo que es susceptible de estudio y análisis. El materialismo histórico, es la aplicación del materialismo dialectico a la historia como lo hicieron Marx y Engels. Ellos dicen: es el ser social el que determina la conciencia social, porque no piensa igual el que vive en un castillo al que vive en una choza.
Mi concepción de Dios, es científica, objetiva, pertenece al campo del materialismo dialectico, porque si no conozco la cosa no conozco la idea. En cambio, conozco la energía que crea materia y viceversa como lo concibe Albert Einstein en su Teoría de la Relatividad. En este sentido, es preciso abordar la Teoría de la Energía Oscura. En cosmología física, la energía oscura es una forma de materia o energía que estaría presente en todo el espacio, produciendo una presión que tiende a acelerar la expansión del universo, resultando en una fuerza gravitacional repulsiva. En consecuencia, “Dios”, es el universo o el multiverso, capaz de crear todo lo que existe en el espacio, porque la energía es igual al producto de la masa (materia) por la velocidad de la luz al cuadrado. Así, la energía se convierte en materia, atendiendo el postulado que dice: “la materia no se destruye, se transforma”. Este fenómeno se ha dado en el espacio exterior, y se sigue dando ininterrumpidamente, y se dará por siempre. Todos los días nacen galaxias en el espacio como peces en el mar. Es en las galaxias donde se crean las estrellas, que a su vez, crean sistemas planetarios como el sistema solar nuestro.
La Biblia como libro de ficción, habla de una sola creación en siete días, en la que “Dios”, como un mago, separó la luz de las tinieblas. Entiendo esto como una manera de explicarse los escribanos de entonces, el “por qué” de las cosas. Y es que en aquellos tiempos del auge del Imperio Romano, en el que surge el cristianismo como movimiento político con Cristo a la cabeza, los que redactaron dicho famoso libro, por supuesto, no conocían los misterios que encierra el multiverso como ya lo han ido descubriendo los científicos de ahora. Sin embargo, casi que por la misma época o más atrás, los Mayas ya entendía del tema.     
Ahora bien, ya no se habla de universo, sino de multiverso. Multiverso es un término usado para definir los múltiples universos posibles, incluido nuestro propio universo. Comprende todo lo que existe físicamente: la totalidad del espacio y del tiempo, todas las formas de materia, energía y cantidad de movimiento, y las leyes físicas y contantes que las gobiernan.
La pregunta reina que surge de estas elucubraciones es, ¿en qué lugar del espacio sideral reside “Dios”? ¿Cuál es el punto de este inconmensurable e infinito multiverso en que habita “Dios” con su séquito de ángeles y querubines?
                   


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