Desde
niño me preguntaba el “por qué” de las cosas. Tal vez me preguntaba por mi
ignorancia, desconocimiento, en el
“saber”. Entonces de adulto, comencé a leer libros de filosofía a fin de descifrar y comprender la Teoría del
Conocimiento. La pregunta que siempre me asaltaba era la idea de Dios. Pregunta
ésta que se hacen los filósofos.
En
filosofía sólo hay dos corrientes fundamentales, la materialista dialéctica y
el idealismo formal, aunque existe una corriente intermedia, la ecléctica, es
decir, los filósofos que están en la mitad, los “que adoptan una postura
intermedia, en vez seguir soluciones extremas o bien definidas.”
Los
filósofos materialistas dialecticos, como Marx, Engels, Mao Tse Tung, (ver
CINCO TESIS FILOSÓFICAS), Lenin y otros, para abordar la Teoría del
Conocimiento, parten de la siguiente premisa: “primero está la cosa y después
la idea”. Es decir, primero se entra en contacto con el objeto y después se
tiene la idea del mismo. Ejemplo: primero conozco la manzana y después tengo la
idea de lo que es una manzana.
El
idealismo formal parte de la premisa al revés, dice: primero está la idea y
después la cosa. Ejemplo: “pienso luego existo”, Renato Descartes. Platón
igualmente es idealista, (ver EL MITO DE LA CAVERNA).
Heráclito
afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante: “nadie se baña en
el mismo río”, mientras que Parménides plantea lo contrario, lo inmóvil, es
fundador de la metafísica, rama de la filosofía idealista.
Como
digo arriba, “la pregunta que siempre me asaltaba era la idea de Dios”, y digo
“idea de Dios”, porque Dios es un ente metafísico, etéreo. Creado en la
imaginación del hombre desde los tiempos del oscurantismo y más atrás, cuando
el ser humano ya pensante, “homo sapiens”, se preguntaba el “por qué” de las
cosa. Desde entonces los pensadores y filósofos se han ocupado del tema en cuestión.
Y es que a partir de la idea de Dios como creador de todo lo que existe, se ha
desarrollado el conocimiento metafísico (idealista) y el científico
(materialista). Es decir, el materialismo dialectico y el idealismo formal.
Desde esta óptica, el ser humano ha planteado la historia, la ciencia, la
sociedad y todo lo que es susceptible de estudio y análisis. El materialismo
histórico, es la aplicación del materialismo dialectico a la historia como lo
hicieron Marx y Engels. Ellos dicen: es el ser social el que determina la
conciencia social, porque no piensa igual el que vive en un castillo al que
vive en una choza.
Mi
concepción de Dios, es científica, objetiva, pertenece al campo del
materialismo dialectico, porque si no conozco la cosa no conozco la idea. En
cambio, conozco la energía que crea materia y viceversa como lo concibe Albert
Einstein en su Teoría de la Relatividad. En este sentido, es preciso abordar la
Teoría de la Energía Oscura. En cosmología física, la energía oscura es una
forma de materia o energía que estaría presente en todo el espacio, produciendo
una presión que tiende a acelerar la expansión del universo, resultando en una
fuerza gravitacional repulsiva. En consecuencia, “Dios”, es el universo o el
multiverso, capaz de crear todo lo que existe en el espacio, porque la energía
es igual al producto de la masa (materia) por la velocidad de la luz al
cuadrado. Así, la energía se convierte en materia, atendiendo el postulado que
dice: “la materia no se destruye, se transforma”. Este fenómeno se ha dado en
el espacio exterior, y se sigue dando ininterrumpidamente, y se dará por
siempre. Todos los días nacen galaxias en el espacio como peces en el mar. Es
en las galaxias donde se crean las estrellas, que a su vez, crean sistemas
planetarios como el sistema solar nuestro.
La
Biblia como libro de ficción, habla de una sola creación en siete días, en la
que “Dios”, como un mago, separó la luz de las tinieblas. Entiendo esto como
una manera de explicarse los escribanos de entonces, el “por qué” de las cosas.
Y es que en aquellos tiempos del auge del Imperio Romano, en el que surge el
cristianismo como movimiento político con Cristo a la cabeza, los que
redactaron dicho famoso libro, por supuesto, no conocían los misterios que
encierra el multiverso como ya lo han ido descubriendo los científicos de
ahora. Sin embargo, casi que por la misma época o más atrás, los Mayas ya
entendía del tema.
Ahora
bien, ya no se habla de universo, sino de multiverso. Multiverso es un término
usado para definir los múltiples universos posibles, incluido nuestro propio
universo. Comprende todo lo que existe físicamente: la totalidad del espacio y
del tiempo, todas las formas de materia, energía y cantidad de movimiento, y
las leyes físicas y contantes que las gobiernan.
La pregunta
reina que surge de estas elucubraciones es, ¿en qué lugar del espacio sideral
reside “Dios”? ¿Cuál es el punto de este inconmensurable e infinito multiverso
en que habita “Dios” con su séquito de ángeles y querubines?
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