martes, 21 de diciembre de 2010

NOSTALGIA DE Y POR LA PACHA MAMA

Recordar con la alegría de la primavera
el verde esmeralda de las praderas de ayer
y pensar con nostalgia del otoño
que son las landas yermas de hoy.
Ver con ojos de melancolía
una aurora,
un crepúsculo,
un cielo que era de un azul fundamental
con aire impoluto ahora manchado
con la sombría nube de la polución.
Así ha quedado nuestra Pacha Mama,
regada con ríos de aguas plásticas
en botellas,
en bolsas,
en empaques de icopor
y en todo lo que se pueda hacer con polietileno.
Pero la mayor nostalgia de La Pacha Mama
es sin temor a equívocos
la miseria de la guerra,
el horror de la violencia,
y la angustia que produce el hambre.
Así vivimos en nuestra Pacha Mama:
seis mil millones de seres humanos en convulsión constante
que convivimos en medio de nuestras guerras,
en medio de nuestros problemas,
en medio de nuestra grandeza y nuestra miseria,
sobreviviendo con la agonía del planeta,
coexistiendo con nuestros odios
y con el insepulto cadáver del amor.

1 comentario:

  1. Es cierto, así está hoy pero no hay que perder las esperanzas, a mi me viene un tufillo a cambio y siento que todo es posible, incluso que el verde vuelva a ser verde y el agua cristalina. Estamos en el ojo de la tormenta, no nos quebremos, resistamos y podremos.

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