jueves, 9 de febrero de 2012

'LA EXPLOTACIÓN DEL HOMBRE POR EL HOMBRE'

‘LA EXPLOTACIÓN DEL HOMBRE POR EL HOMBRE’

Thomas Hobbes, filósofo inglés del siglo XVI, no se equivocó cuando dijo, “Homo homini lupus.”
Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro. Y dice con toda razón Antonin Artaud, “Primero que la inteligencia, estuvo la estupidez del hombre.”
“Este título ciertamente, no es casual ni caprichoso, sino que existieron, existen y, seguramente seguirán existiendo hombres que ‘exploten’ a los hombres (a veces conscientemente, a veces no). Pero esta frase, atribuida al filósofo y economista alemán Carlos Marx, “la explotación del hombre por el hombre”, particular durante el apogeo del marxismo, fue utilizada falsamente de manera culpable o no, por muchos ideólogos que, irónicamente (o deliberadamente de acuerdo con la escuela que recomienda que la mejor defensa es un ataque), defendía los peores sistemas de ‘explotación’ humana. En consecuencia, terminada la agresividad de la propaganda marxista, es oportuno que aclaremos las cosas.”
Sin embargo, pese a lo anterior dicho, la agresividad no termina porque es inherente a la especie humana.
“La ‘explotación’ del hombre por el hombre es, fundamentalmente una injusticia que se comete cuando un individuo o un grupo obtiene de otros, vía violencia, vía coerción, cosas que no les corresponden. Y se traduce en forma inmediata, en una disminución de los bienes de los ‘explotados’. Y finalmente, de los bienes de la sociedad en general. De donde, como suele ocurrir con el mal en general, terminan perjudicados los ‘explotados’ y los ‘explotadores’.”
El caso en cuestión, es que los EE UU y sus aliados, OTAN, etcétera, (los explotadores), no conformes con el magnicidio y genocidio cometido contra Gadafi y el pueblo libio respectivamente, ahora, invocando los “Derecho Humanos” y la “protección” a la población civil, pretenden so pena de guerra, someter a Siria e Irán con el pretexto de aplicar la frase que estuvo en boga en el apogeo del marxismo, “la mejor defensa es un ataque.” Y es que los EE UU e Israel, se sienten “amenazados” por algunos países progresistas que han alcanzado su propio desarrollo sin el concurso de ellos, como Venezuela, Irán y otros. Pero el Imperialismo Yanqui, en medio de su estupidez, que creen que solo él es la comunidad internacional, no ha entendido que ahora China y Rusia han dicho tajantemente, de manera rotunda, “NO MÁS”. Las partes se han radicalizado y el peligro de una guerra mundial está latente, como lo afirma Fidel Castro en una de sus reflexiones. A mi juicio, como observador de la política internacional, sin temor a equívoco, tengo la certidumbre de que ya Irán posee armas nucleares, y posiblemente será atacado por Israel para defenderse, porque según ellos, “la mejor defensa es un ataque”.
Lo que llamó mi atención en el pasado próximo, cuando el “Consejo de Seguridad” de la ONU, que de seguridad no tiene nada, aprobó la resolución 1973 que autorizó a la OTAN bombardear hasta destruir a Libia, y fue que en ese pasado próximo, Rusia ni China, ejercieron su inalienable derecho al veto. ¿Por qué? Pienso que tanto Rusia como China se estaban llenando de motivos suficientes y necesarios para impedir, con toda razón, otro magnicidio y genocidio en Siria y en otros países que están en la lista del “eje del mal”, mal llamado así por las miserables potencias occidentales, que sólo buscan beneficiarse de los recursos de los países que han amenazado si no cumplen con sus exigencias, con sus absurdas pretensiones.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, afirmó de manera categórica e irrevocable, que Rusia no aceptará ninguna forma de injerencia en Siria, y pidió a países árabes y occidentales “que no se comporten como un elefante en una tienda de porcelanas” con ese país. “Condenamos evidentemente, toda forma de violencia, de donde quiera que venga”, dijo Putin. China ha dicho algo similar. De hecho, ya hay dos teatros de operaciones: el de la guerra mediática (cruce de comunicados amenazantes por parte del Imperio y sus aliados) y las respuestas sensatas y muy prudente, pero firmes, por parte de Rusia y China. Y el otro teatro, el desplazamiento de naves de guerra a la zona del conflicto.
Entonces, en las santabárbaras de estos países, EE UU, India, Rusia, China, Israel, Pakistán, Irán y todos los países que tienen bombas atómicas, las ojivas nucleares están a la espera, y duermen con un ojo abierto, pendiente de quien oprima primero el botón de la desgracia, para salir de sus dormitorios atómicos como saetas vertiginosas y provocar la magna hecatombe que no dejará “títere con cabeza” como se dice en el argot popular.
Ahora bien, no creo que la estupidez pueda más que la inteligencia, como tampoco creo que todos los hombres piensen como Nicolás Sarkozy, Ángela Merkel, Barack Obama, David Cameron, y toda la horda de contusos de inteligencia.
A gente como Bibi Netanyaho, Moshe Yaalon y Ehud Barak hay que tomarlas en serio cuando dicen que van por alguien, y ese alguien es Mahmud Ahmadineyad, pero creo que una guerra contra Irán es algo que Israel tendrá que pensar, si es que piensa o razona, no una ni dos veces, sino muchas, porque ni Siria ni Irán está solos, pues ahora son el florero de Llorente del Medio Oriente. Ya sabemos de qué lado están las dos grandes potencias que esta vez sí ejercieron su sagrado derecho al veto, y están listas y muy bien armadas con sus escudos de misiles nucleares, para enfrentar cualquier agresión, venga de donde viniere.
Mas si ocurriese la magna desgracia, esa terrible predicción apocalíptica que dejaría al planeta en cenizas, lo que más me dolería, aunque no lo viese, porque yo también quedaría como chicharrón de elefante con el primer espanto, es que se quemase toda la música, poesía y pintura como testimonio de la cultura humana que se forjó a través de su historia, sólo por la insensatez de un hombre-imperio, un loco desesperado igual al otro orate que quemó la biblioteca de Alejandría, que primero que inteligente, fue estúpido.

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