sábado, 25 de febrero de 2012

MADRIGAL PARA UNA AMIGA AUSENTE

He visto tus ojos sobre un largo estío
He visto tus ojos sobre las colinas del alba

Fernando Linero

Sobre las taciturnas brumas del vesperal
flotaba el recuerdo de unos ojos de mar,
era la dulce melodía de un madrigal.
Me buscaba en el remanso de tus sueños
y sólo encontraba fantasías de flores desnudas,
pétalos perfumados con el sutil aroma de tu piel de luna.
El bosque se vistió de sándalo a la hora del alba,
exhaló fragancias de nostalgias
porque estabas ausente como Dios
porque estabas distante como ilusiones fallidas,
como recuerdos dormidos en el umbral del estío.
Quise alcanzarte en un delirio,
pero el destino que ambos transitábamos
levó la ancla de una nave en naufragio
arrastrada por la vorágine de un amor quimérico,
una esperanza dormida sobre el verdor de un bosque lejano
en la que yo era el árbol y tú la flor.
No es triste tener sueños
triste es no soñarlos, y yo sueño con un madrigal
para una amiga ausente.

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