martes, 21 de febrero de 2012

RAMILLETE DE FLORES

Un ramillete de flores como guirnalda multiforme
deformado por estallidos de bombas de racimo,
es el planeta, en agonía
muriendo día a día
sin más oportunidad que la guerra
el dolor
el olvido.
Un planeta herido
mutilado
acabado, donde la angustia
es la partera de la historia
que sólo pare desgracia
miseria.
El futuro parece el pasado
como la primera y segunda guerra
la tercera será la última.
Ese es el porvenir que auguran misiles
y en la magna desgracia no serán fusiles,
andanada de misiles destrozando las flores
del jardín terrestre
cuyos pétalos marchitos
son los escombros de la paz poluta de purpura.
La aguja torcida de la brújula de la esperanza
señala el abismo
y pájaros agoreros surcan un cielo negro
iluminado por un sol negro
como la negra virtud teologal
por la que el mundo espera
que Dios lo salve.
¡Dios ya no existe!
El mundo se condena a su infierno de guerra
regado con una lluvia ácida de misiles
lluvia puntillosa
peligrosa.
El río del infortunio desemboca
en el abismo
cuyas aguas pérfidas
lúbricas
sórdidas
jamás cándidas,
son el cristal quebrado
de la destreza de una evasión fallida,
una ilusión profana con pretensión de divina
sin albedrío
sin el auxilio de serafines
porque en el holocausto atómico
en el último espanto
es el presagio del fin
y por fin todo habrá terminado
y yo no tendré más nada que decir.

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