sábado, 5 de diciembre de 2009

CANCIÓN DE LUZ Y SOMBRA

Ayer,
eras como el sol de un radiante amanecer.
Hoy, eres sombrío crepúsculo de un triste atardecer.
Todo te lo llevaste igual que un naufragio,
todo lo consumiste igual que un incendio.
En las llamas de tu adiós se ahogó mi pasión,
y en el mar de tu silencio se quemó mi esperanza.
Fuiste luz y fuiste sombra,
luz al alba en primavera
y sombra al crepúsculo en otoño.
Nada dejaste,
ni el sendero que no recorriste,
ni la ruta que trazaste.
Ni la angustia urgente de tenerte,
ni el deseo fallido de amarte.
Todo naufragó en el océano del tiempo,
los instantes se quebraron
como los cristales del silencio.
Todo te lo llevaste
sólo me quedaron tus palabras,
testimonio de tu promesa profanada
cual zumbido sordo
que encalló en la nada.
Mas, bajo las olas del incendio fugaz
y por encima de las llamas del naufragio,
en la frontera de la luz y la sombra,
ahí, en la penumbra,
hallé mi paz.

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