lunes, 7 de diciembre de 2009

ERÉNDIRA

Sobre el alero infame de su desdicha
la triste Eréndira como una sirena sin mar
su increíble historia lloraba.
Desde el azul de un piélago sin límites
Ulises cual romero desesperado
por la ardiente arena la buscaba.
Y fue que una arpía
una loca y avara anciana
una infame abuela desalmada
por un incendio
le cobró con su impoluta flor
de doncella humana y sencilla
el fatal desastre.
Y el poeta dice
que a Ulises por el desierto
ha visto correr
buscando a Eréndira
entre los arreboles de un atardecer.

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