jueves, 23 de julio de 2009

CANCIÓN DEL RETORNO

He vuelto a caminar por el sendero del recuerdo, he vuelto a evocar sus ojos de ébano, su boca de miel, y la he visto flotar en la oscuridad de la noche como el espejismo de un fantasma que abandona las sombras.
La vi entre girasoles marinos, rodeada de nácares celestes y luceros de algodón.
En aquel retorno recordé los días mustios del extravío, los momentos taciturnos de su fugaz adiós.
Un impávido pájaro nocturno se posó en el alero de la ventana de mi habitación.
Yo estaba embebido en tristes reflexiones, evocando aquellos instantes ya idos. Le pregunté al búho, dime pájaro de las tinieblas, en qué lugar del océano de los difuntos yace flotando aún, la ninfa de las flores, la radiante y bella doncella de los días idos.
El pájaro no me respondió.
Ahí está, posado en el dintel de la ventana como un faraón embalsamado, y sus ojos de fuego me miran, y su voz muda cual eco sordo en mis oídos, trae por el sendero del recuerdo, memorias de un otoño sombrío enterrado en las arenas de la eternidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario