viernes, 17 de julio de 2009

MELANCOLÍA DEL PEREGRINO

No puedes cultivar los recuerdos
Cuando han perdido su raíz.

Emily Dickinson






Mis sueños fueron fugaces
como el suspiro de un efímero recuerdo
incrustado en la memoria de los siglos.

Mis recuerdos, igual que las saudades
del peregrino que carga en su morral
instantes inasibles de éxitos fallidos,
han extraviado ahora sus raíces,
navegan en la mar eterna
de los sueños que se fueron,
derivan por los piélagos
de un otoño en crepúsculo,
de un acantilado acuático sin frontera,
de una lluvia de arco iris sin color,
pero con voluntad firme de árbol que avanza.

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