sobre un tapete de nenúfares
desnuda como una maja
la sensual Zenaida flotaba
el viento mecía sus cabellos muellemente
al ritmo sinuoso de las olas del lago
de flores blancas y amorillas
ella dormitaba / soñaba
un aleluya de ángeles / un coro de querubines
susurraba a su oído arpegios de una música de arpa
el candor trémulo de sus senos
la voluptuosidad de su boca
la tibieza de su regazo
la candidez de sus brazos de cisne
y el tibio vaho del efluvio del pubis de orquídea
despertaron en mí
un erotismo sublime / embriagante / excitante
como la furia de un tornado de ciega pasión
/ de terribles estertores de ansiedad /
yo dormía
cuando abrí mis ojos
la blanca Zenaida estaba ante mí
tendida en la hierba a orillas del lago
me tomó de las manos y me estrechó en su regazo /
me enredó en sus piernas con la locura de una loba en celo
y con sus brazos de cisne me acercó a la orquídea
mis labios ávidos de su cálido néctar
rozaron levemente la flor del pubis que palpitó
{como un corazón pletórico de amor febril}
entonces una erección fálica de mástil
y una erupción volcánica en mis entrañas
estremecieron mi cuerpo igual que el pálpito de la flor
y sucumbí agotado de placer
ante ese sueño de amor ardiente con ella jamás soñado
pablo tornero santa marta 07 10 2008
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